Si tienes un jardín o plantas cultivadas en casa, sabrás que el sustrato influye significativamente en el éxito de la vegetación. Un mal suelo o una tierra inadecuada puede ser fatal para el correcto desarrollo de tus plantas.
Saber cuál es el sustrato adecuado para tus plantaciones es algo primordial para lograr el cultivo que quieres.
Por ello, en este nuevo artículo de jardinería te mostraremos cómo tener éxito con el sustrato de tu jardín. Te enseñaremos cómo usar técnicas para determinar las características del suelo, los componentes de la tierra y el papel que juegan en los cultivos.
¡Vamos con ello!
¿Qué es exactamente el sustrato? Pues bien, el suelo o sustrato del jardín está formado por agua y aire, elementos orgánicos e inorgánicos que actúan de manera conjunta para mejorar las características físicas, químicas y nutricionales de las plantas.
Es muy posible que también hayas oído hablar de un quinto componente, generalmente olvidado y no tenido en cuenta: la tierra viva o mundo vivo.
Pero ¿qué es cada uno de ello?
El agua es una de las partes esenciales del suelo. Este líquido contiene las sales minerales y otros elementos químicos primordiales para que las plantas puedan sobrevivir. Sin agua, tu vegetación no crecería.
Pero ojo, un exceso de agua puede ser muy perjudicial para tus cultivos. Mantener la cantidad exacta del agua que necesitan tus plantas será fundamental para el correcto desarrollo de las mismas.
El agua determinará la calidad y las características de un sustrato. Por ejemplo, cuando ésta no circula libremente por la tierra y se queda retenida, el suelo se vuelve más denso (los arcillosos retienen muy bien el agua). Habrá plantas que prefieran estar cultivadas en terrenos de este tipo.
¿Y el aire?
Pues bien, el aire no es un elemento sólido ni uno líquido, más bien es una combinación de elementos gaseosos que se encuentran en la atmosfera. En los suelos, los denominados “bolsillos de aire” permiten la libre circulación del agua de riego y de lluvia. Estos “espacios” ayudan a que el agua llegue a las plantas.
La materia inorgánica (minerales) que conforma el sustrato está formada por minerales “nacidos” a raíz de la degradación de la denominada roca madre, un elemento que se va deshaciendo con el paso de los años. El agua y el viento son factores que influyen en la formación de estos minerales.
Los más habituales en todos los sustratos son el limo, la arcilla y la arena.
Otra forma de saber cuál es el tipo de suelo del jardín es llevar a cabo una prueba del pH.
En la actualidad existen kits que permiten conocer este pH de forma rápida y simple. Cada uno de los kits necesita agua, una muestra de suelo reactivo y una tabla de colores que muestra la clasificación del pH.
Si tienes todos los materiales, pon un poco de tierra del jardín en el tubo del kit, agrega el reactivo y el agua. A continuación, agítalo y déjalo reposas.
La grava se queda en el fondo del tubo y el agua que se mantiene en la parte superior cambia de color. Éste es el color que debes comprobar con la tabla de colores.
Y hasta aquí nuestro artículo de hoy. Esperamos que te haya servido de ayuda a la hora de determinar si tu sustrato y el suelo del jardín es adecuado para tus plantas.
¡Nos vemos en la próxima entrega!
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