Poda de árboles: Los aspectos a tener en cuenta

¿Por qué es importante la poda de árboles y plantas?

Si has estado siguiendo nuestros artículos, sabrás que en muchos de ellos hemos reiterado la importancia de la poda en el mantenimiento de las especies vegetales. Hay algunas plantas que requieren ser podadas al menos una vez al año.

Otras, sin embargo, no toleran este proceso.

Conocer las necesidades de la especie va a ser determinante a la hora de tener éxito en su cultivo. En muchas ocasiones, estos conocimientos incluso pueden marcar la diferencia.

La poda de árboles no es una tarea que se deba tomar a la ligera. No se debe hacer por hacer. Una mala técnica o un exceso de corte puede tener consecuencias catastróficas para la planta. Algunos de los resultados más graves son la reducción del crecimiento, de la floración, de la producción de frutos y la vulnerabilidad de la especie a las plagas o enfermedades.

¿A qué ahora ya empiezas a entender la importancia de este proceso?

Con la poda no sólo estarás mantenimiento en perfectas condiciones tu árbol, también estarás manipulando su crecimiento, su forma y en caso de ser frutal, su producción de frutos.

¿Qué tipos de poda existen?

Antes de llevar a cabo la poda, se debe tener muy claro qué es lo que se busca con este proceso y, sobre todo, qué necesita en realidad el árbol.

Tal y como hemos mencionado, no todas las plantas tienen que podarse periódicamente. En muchas ocasiones, basta con una simple intervención cuando el crecimiento se descontrola demasiado. Otras, solamente requerirán la eliminación de las partes marchitas.

Cada planta tiene una necesidad de poda y conocer sus características y requisitos va a ser determinante. Podarás de una forma u otra dependiendo no sólo de esos factores, también deberás tener en cuenta el momento de vida en el que se encuentra el árbol.

Existen varios tipos de poda, pero las más importantes son la de formación y la de mantenimiento. Otros procesos son los de fructificación, de rejuvenecimiento o el de floración.

La poda de formación

El objetivo de este proceso es darle forma a una especie para que tenga un determinado aspecto estético. Con la poda de formación también se induce el desarrollo de ramas fuertes, bien distribuidas y en caso de ser un árbol frutal, la sencilla recolección de los frutos.

Los fines básicos son:

• Dirigir o limitar el crecimiento: si un árbol se deja crecer libremente, puede tener un diseño demasiado salvaje para nuestro jardín. Lo que se busca con la poda de formación es mantener equilibrado el desarrollo de una especie. Un claro ejemplo de ello son los bonsáis o los setos.
• Controlar la producción de flores y frutos: una excesiva producción de flores o frutos puede provocar una mala calidad de los mismos. Al podar algunas secciones de ramas internas o débiles, se desvía la energía del árbol hacia lo que verdaderamente importa.
• Evitar la aparición de plagas y enfermedades: es un medio efectivo para controlar el ataque de pestes o enfermedades. Una poda bien hecha permitirá que el árbol se desarrolle más fuerte y con más vitalidad. Además, se evitará la ruptura de las ramas más débiles (puerta de entrada de los organismos infecciosos).

La poda de formación se hace durante los primeros años de vida de la planta, sobre todo, en los momentos posteriores a la plantación.

La poda de mantenimiento

También conocida como de saneamiento. Esta poda consiste en eliminar las partes del árbol más indeseables. Cuando hablamos de indeseables nos estamos refiriendo a ramas secas, tocones, ramas débiles con riesgo a romperse, hojas secas, etc.

Este proceso se debe llevar a cabo una vez que el árbol tiene su forma ya definida y se hace durante toda la vida del ejemplar. Hay especies que requieren una poda de mantenimiento todos los años (como los árboles frutales) y otras a las que les basta con una menor frecuencia de corte.

Antes de proceder con esta tarea, debes conocer cuáles son los requisitos de la especie que tienes plantada.

Otros tipos de poda

Los dos procesos anteriores están prácticamente indicados para todas las especies arbóreas. Pero existen otro tipo de podas específicas para algunos tipos de árboles.

Las que debes saber son:

• Poda de fructificación: es la que lleva a cabo en los frutales. Tiene como objetivo principal el de obtener frutos de calidad. Para ello se busca equilibrar las yemas de la fruta con las yemas de madera. Se recomienda hacerla en el momento de la plantación, pues si se espera a que el ejemplar es adulto, va a suponer un gran esfuerzo, mucho más tiempo y herramientas más complejas.
• Poda de floración: como en el caso anterior, se busca una producción con flores de más calidad y espectacular aspecto. Los arbustos más representativos son los rosales o las hortensias. Antes de proceder, debes saber cuáles son los requisitos de poda de tu árbol.
• Poda de rejuvenecimiento: se destina a las especies que se han abandonado y dejado crecer sin control alguno. Lo que normalmente se hace en estos casos es reducir las ramas secas y entrecruzadas y eliminar las más envejecidas y débiles.

En el siguiente vídeo nuestra embajadora Monique Briones nos enseña cómo se poda un árbol.

¿En qué época es mejor llevar a cabo la poda de árboles?

La época de poda es otro de los aspectos que más dudas genera en cualquier jardinero.

El mejor momento para llevar a cabo este proceso dependerá del tipo de árbol que tengas plantado. No será lo mismo una poda para un de follaje caduco que para un perenne.

De nuevo, debes tener pleno conocimiento de las características de la especie.

Para los árboles caducifolios, la época de poda debe ser en invierno, pues es el momento en el que ya han acabado de florecer y se encuentran en reposo. Sin embargo, los demás se pueden podar en verano para así evitar la pérdida de grandes cantidades de savia.

Siempre que procedas a llevar a cabo una poda veraniega, debes nutrir y regar muy bien la planta.

¿Cuáles son las herramientas de poda? ¿Y las de seguridad?

Siempre que se haga una poda de árboles se deben usar herramientas de calidad y equipos que se encuentren en perfecto estado. Uses lo que uses, debe estar correctamente afilado y debe tener el mantenimiento oportuno.

Existen varias herramientas de poda, pero cada una de ellas tiene un uso o fin específico. Las más destacadas son:

• Tijeras de poda: son las más empleadas y se distinguen las de una mano o las de dos. Aquí juegan un papel importante tus preferencias. Las de una mano suelen destinarse a ramas más finas y las otras a troncos más gruesos.
• Serruchos: se han diseñado para llevar a cabo la poda de ramas todavía más gruesas.
• Cortasetos: son las herramientas perfectas para materiales más finos como las hojas. Si vas a podar varios árboles, es recomendable usar una de estas máquinas, pues tu trabajo será más rápido y tu jardín se verá mucho más bonito.

¡Y no nos olvidamos de los elementos de seguridad!

Siempre que se vaya a llevar a cabo una tarea en el jardín, debemos protegernos como es debido. Para la poda de árboles hay que usar guantes. Con los guantes evitarás cortarte, pincharte o tener alguna reacción alérgica.

El empleo de gafas también es importante pues son elementos imprescindibles si la poda tiene como consecuencia que vuelen astillas, piedras u otro tipo de materiales.

En el siguiente vídeo, Monique Briones nos aclara cuáles son las mejores herramientas para podar y qué elementos de seguridad se deben llevar en el momento que se lleva a cabo este proceso.

Y hasta aquí nuestro artículo de jardinería. Esperamos que te haya servido de ayuda y dado respuesta a cualquier duda que pudieses tener sobre la poda de árboles.

¡Nos vemos en la próxima entrega!