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Hoy, para terminar la semana, te traemos un artículo de jardinería en el que nos centraremos en las plantas carnívoras y sus cuidados.
Sí, has leído bien.
Nuestras nuevas protagonistas son especies vegetales que se alimentan de insectos. Como seguro sabrás, este tipo de vegetación es uno de los más fascinantes del mundo vegetal, por lo que no está de más conocerlo un poco mejor.
Esta peculiar familia abarca una amplia variedad de especies, pero a groso modo se pueden clasificar en carnívoras de clima tropical y carnívoras de clima no tropical. Según la variedad que sea, los cuidados pueden variar.
En este artículo analizamos los cuidados generales de las plantas carnívoras por lo que, si te interesa cultivarlas en tu casa, te recomendamos que leas con atención.
¡Vamos con ello!
Las plantas carnívoras son especies vegetales que obtienen los nutrientes que necesitan para crecer y desarrollarse del consumo de insectos y protozoos, siendo los primeros el alimento más habitual.
¿Cómo se alimentan?
Todas las plantas carnívoras disponen de un mecanismo de captura. Éste varía dependiendo de la especie que sea. A saber:
Este tipo de vegetación puede desarrollarse en casi cualquier clima (de hecho, se suelen clasificar en carnívoras de clima templada y carnívoras de clima no templado) y en suelos pobres (son poco exigentes en cuanto a la calidad del terreno).
Como podrás deducir dadas estas condiciones, existe una gran variedad de especies que pertenecen a esta peculiar familia vegetal.
Como ya hemos mencionado anteriormente, en la actualidad hay un gran número de especies carnívoras. Aunque pueden presentar alguna diferencia de una a otra, todas ellas tienen algo en común: se alimentan de insectos.
Para el consumo de organismos, usan los mecanismos analizamos en el apartado anterior.
Las plantas carnívoras conforman una gran familia vegetal. Existen numerosas especies y variedades, con aspectos comunes y características diferenciadoras. Veamos algunas de ellas:
Las plantas carnívoras son resistentes, poco exigentes y longevas. Pero no todo es oro lo que reluce. Muchas de las especies de esta gran familia requieren una cantidad de luz concreta, algunas una temperatura específica y otras una maceta determinada.
Todos los cuidados dependerán en gran medida de la especie que sea o del clima en el que se encuentre plantada. Lo más importante está recogido a continuación.
Todas las plantas carnívoras necesitan un periodo de aclimatación cuando se cultivan en casa. Estas especies deben introducirse en un lugar interior con cuidado y de la mejor manera posible.
Lo mejor es que en un principio se ponga en un terrario (con alta humedad). Al mismo tiempo, conviene sacarla de vez en cuando durante unos minutos para airearla. Tras varias semanas, se puede quitar definitivamente y tratarla de forma normal.
Para un correcto desarrollo, las carnívoras requieren basta luz solar. De hecho, existen especies que necesitan que los rayos del sol les den directamente al menos durante 5 horas. Otras variedades como la Drosera no quieren sol directo, pues sus trampas pueden quemarse.
Estas plantas no crecen bien en lugares sombríos.
Además, es importante que sepas que las carnívoras prefieren la luz natural a la artificial, aunque esta última es habitual instalarla en los terrarios y los invernaderos.
La temperatura variará en función de la especie que sea, es decir, de si se trata de una carnívora de origen tropical o por el contrario es nativa de las zonas no tropicales.
Por ejemplo, la Dionea y la Sarracenia necesitan pasar unos meses de hibernación por lo que la temperatura ideal debe ser inferior a los 5 ⁰C. La Drosera, sin embargo, es una planta tropical que no aguanta el frío.
Debes asegurarte de qué especie es tu planta y, en consecuencia, cuidarla de una manera u otra.
El tipo de recipiente en que se planten también es un factor muy a tener en cuenta. Estas plantas prefieren las macetas de plástico, pues son resistentes, duraderas y las hay de todos los tamaños.
Pero también puedes emplear recipientes de porcelana o cristal.
Evita las de barro, pues suelen contener minerales que se disuelven en el agua y que terminaría por perjudicar a la planta.
Todas estas plantas necesitan una humedad ambiental elevada y ésta se puede conseguir de varias formas:
Tal y como hemos dicho con anterioridad, las plantas carnívoras no son exigentes en cuanto al tipo de sustrato en el que se planten. Pueden sobrevivir en casi cualquier terreno.
En su hábitat natural, estas especies crecen en suelos muy pobres, por tanto, lo mejor es colocarlas en macetas con tierra pobre en nutrientes. No plantes las plantas en un sustrato rico en sales minerales, pueden morir.
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