Nuevo día, nuevo post y nuevo protagonista del blog. Volvemos una jornada más con un artículo pensado para los amantes de la jardinería y de las plantas en general. Si formas parte de este gran grupo, estás en lugar correcto.
Nuestra nueva estrella es la Dipladenia (Mandevilla).
Esta planta trepadora de follaje perenne se caracteriza por su preciosa floración. Desarrolla flores en forma de trompeta, de gran tamaño y con colores vivos. Debido a esto, goza de una gran popularidad y se usa para la decoración de jardines, terrazas o vallas.
En esta entrega te enseñaremos a cultivar la dipladenia y para ello vamos a detallar cuáles son los cuidados que va a necesitar, no sin antes explicarte las características más importantes de la planta.
Dicho esto, ¿empezamos?
A la hora de cuidar y cultivar una especie vegetal, siempre hay que tener unas ciertas nociones del tipo de planta qué es, sus características o los usos que se le van a dar. Antes de abordar cualquier acción de mantenimiento no está de más conocer a qué nos estamos enfrentando, pues como bien dice el refrán “no se empieza una casa por su tejado”.
Esto mismo pasa con la Dipladenia.
Este género de plantas trepadoras está constituido por una gran variedad de especies, todas ellas diferentes entre sí debido en gran parte a la tonalidad de su floración. De porte herbáceo, son originarias de la jungla de Suramérica y en su hábitat natural llegan a alcanzar los varios metros de altura.
Generalmente, las Dipladenias, tienen unas hojas de color verde brillante, coriáceas y persistentes. Su follaje es perenne por lo que el jardín en el que se encuentren se mantendrá verde durante todo el año, incluso en otoño e invierno.
Pero, si por algo son populares estas especies es por sus llamativas flores.
Su floración, en forma de trompeta, aparece a principio de verano para llenar de belleza y perfume nuestro jardín. Las flores se desarrollan sobre largos pedúnculos formando pequeños racimos de color blanco, rosa e incluso amarillo.
Otra de las características más destacadas de las Dipladenias es su látex. Cuando cortas una de sus ramas, puedes ver esa sustancia tan característica.
Pero ojo con las mandevillas, si se ingieren son tóxicas.
Y como podrás deducir a estas alturas, los usos más importantes de esta planta es la decoración de jardines, terrazas, arcos y si hablamos de espacios públicos, son perfectas para ornamentar glorietas.
Una vez que ya sabes qué planta es la Dipladenia y cuáles son sus características más importantes, es el momento de ponerse manos a la obra.
A la hora de cultivar este género, se debe tener en cuenta que se trata de una planta trepadora de clima tropical, por lo que todos sus cuidados y su plantación dependerá de ello.
Pero no te preocupes, su mantenimiento es bajo y muy sencillo.
A continuación, hablaremos de la mejor ubicación para la planta, de los riegos que necesitará o de si requiere o no abonado. Una vez que termines con la lectura ya podrás empezar a cultivar Dipladenias.
La ubicación de plantación es un factor muy a tener en cuenta, tanto, que va a ser determinante para lograr el correcto desarrollo de la planta.
Pues bien, las dipladenias tienen que estar ubicadas en una zona en la que reciban mucha luz, pero sin que ésta incida de forma directa en la planta. Un exceso de rayos solares puede causar quemaduras en la superficie de las mandevillas.
Si has decido ubicarla en el interior de tu casa, te recomendamos que la coloques en una habitación con grandes ventanas por las que entre mucha luz. Evita a toda costa las corrientes de aire.
Además, debes saber que no aguanta ni el frío ni las heladas, por lo que en invierno quizás debas protegerla de estas condiciones tan extremas.
Tal y como hemos dicho anteriormente, las dipladenias son especies de origen tropical (Suramérica) por lo que los riegos dependerán de esta característica tan importante.
Como con muchas otras plantas que hemos analizado en el blog, este género debe regarse con mayor frecuencia durante el verano. Con 2 o 3 veces por semana será suficiente. En invierno y otoño debe disminuirse el aporte de agua (1 vez por semana).
Un exceso de agua puede ser fatal para la dipladenia. Si tienes duda, comprueba la humedad del sustrato antes de regarla. ¿Cómo puedes hacerlo? Pues de una manera muy sencilla: introduce un palito de madera en la tierra y extráelo, si está limpio es que el sustrato está seco. Si, por el contrario, sale con suciedad, está húmedo y debes esperar a que seque por completo.
Abonar, ¿sí o no?
El abonado se convierte en un proceso de gran importancia durante el invierno. Como hemos dicho, las dipladenias son de origen tropical por lo que es posible que no sobreviva a la época fría.
Para evitarlo, lo mejor es abonarla con abono mineral y con orgánico (como el compost).
Y si tienes alguna duda de qué tipo de fertilizante o abono usar, te recomendamos que acudas al centro de jardinería en el que has comprado la planta. Allí podrán asesorarte mucho mejor.
La dipladenia no es exigente en cuanto al suelo en el que se plante, sin embargo, prefiere los que están compuestos de turba y arena. Y si además es rico en materia orgánica mucho mejor, así crecerá de forma óptima y desarrollará unas flores mucho más bonitas.
La dipladenia soporta la poda de formación y de mantenimiento.
Si ves que tu planta ha crecido en exceso, podrás cortar las ramas o los tallos que estén creciendo de más. Asimismo, puedes optar por eliminar las partes que veas más débiles, en mal estado o con algún problema.
Procede durante el otoño y lleva a cabo una poda más fuerte para estimular la producción de nuevas ramas el año siguiente y por tanto conseguir que la dipladenia tenga un porte más compacto.
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