Compost o compostaje, palabras que nos recuerdan a aspectos negativos como por ejemplo el malo olor, las lombrices o los restos de comida en mal estado.
En este nuevo post del Blog, hablaremos de precisamente eso, es decir, de ese fertilizante natural elaborado con una gran variedad de residuos. Puede no ser un tema agradable, de eso estamos de acuerdo, pero verás que cuando hayas analizado todo este artículo podrás afirmar que hacer compost casero no es proceso complejo y aporta numerosos beneficios. ¡Cambiarás de opinión! De eso no nos cabe la menor duda.
El compost es un abono natural que ayuda a mantener el sustrato de los jardines particulares en las mejores condiciones. Este fertilizante casero aumenta los nutrientes y los minerales de la tierra, y éste se consigue cuando se lleva a cabo la técnica de “compostaje”.
En esta nueva entrega de jardinería vamos a enseñarte cómo hacer compost casero.
Por ello, vamos a explicarte el proceso de descomposición de las materias orgánicas, que como verás en próximos apartados, es muy simple si se hace con paciencia y cuidado. Para llevar a cabo el proceso de compostaje, tendrás que usar contenedores especiales (compostador), cavar zanjas en el jardín o proceder mediante pilas. Por tanto, y para que te quede más claro, analizaremos los más populares, incluyendo en nuestro estudio alguna de las ventajas e inconvenientes de los mismos.
Si estás interesado en hacer compost casero y no sabes cómo, en esta nueva entrega te daremos las claves más importantes para conseguir este fertilizante natural y los pasos que debes seguir en el proceso.
¡Entremos en faena!
Con casi total seguridad, habrás oído hablar del compost y del compostaje, pero ¿sabes realmente lo qué es y para qué se usa? El compost es un un fertilizante o abono natural que se utiliza para mejorar el terreno y aumentar sus nutrientes. Tiene un aspecto muy particular, pues es de color marrón, y tiene un olor característico. En apariencia se parece a la tierra que se pueda encontrar en los suelos boscosos.
El compostaje es el proceso en el cual se lleva a cabo la descomposición controlada de las materias orgánicas. Entre ellas destacan las frutas, los restos de poda, las verduras, etc. En resumen, se suelen utilizar los restos procedentes de las cocinas.
El resultado de este procedimiento es un producto totalmente orgánico que mejora la estructura del suelo y aporta los nutrientes necesarios al terreno, todo ello de forma natural.
El compost se puede hacer de modo casero, de una forma sencilla y con un bajo coste. Es una forma de ahorrar dinero en sustrato para el jardín o el huerto, y es a la vez una manera de aprovechar los restos orgánicos que tenemos en casa. Con la técnica de compostaje ya no tirarás nada a la basura.
El proceso es fácil, pero también va a requerir mucha paciencia por tu parte, ya que la descomposición de estas materias se hace de forma muy lenta.
Puede parecer que para la elaboración de compost casero se puede usar cualquier tipo de resto o residuos que generamos en nuestra casa, en nuestro jardín o en nuestro huerto. Pero esto no es así.
A continuación detallaremos cuáles son los materiales más recomendados para hacer compost.
– Virutas de madera: Se pueden usar en pocas cantidades y no es recomendable utilizar los restos que provengan de madera enchapada.
– Hojas secas: Las puedes ir juntando durante todo el otoño para emplearlas en cualquier época del año.
– Hojas perennes: Añádelas picadas.
– Pasto cortado que se seca al sol.
– Restos de podas: Se debe picar en trozos pequeños.
– Cítricos: Este tipo de residuo requiere de una buena aireación.
– Estiércol de animales como los caballos, las vacas, las ovejas o los pollos.
– Frutas y verduras: Se pueden usar las cáscaras y los pedazos cortados muy pequeños.
– Los restos de té y las borras del café.
Además de las materias orgánicas mencionadas, existen ciertos microorganismos que resultan indispensables y fundamentales a la hora de llevar a cabo el proceso de compostaje casero. Entre estos destacan las lombrices, de ahí que sea muy habitual ver estos organismos en el compost. Es algo totalmente normal.
No todas las materias orgánicas son adecuadas para la elaboración de compost casero. Muchas de ellas pueden resultar tóxicas y perjudiciales una vez que se descomponen por completo. Otros pueden atraer animales indeseados y pueden aumentar el mal olor de forma considerable.
No usar bajo ningún concepto los siguientes residuos:
– Carne, huesos o pescado: Este tipo de materiales pueden atraer roedores. Además, a medida que se descomponen, emiten un olor desagradable.
– Las cenizas del carbón y serrín de maderas tratadas: Son elementos muy tóxicos.
– Restos de comida cocida: Atraen animales como por ejemplo ratones.
– Excrementos de animales carnívoros como los gatos o los perros: Pueden contener organismos perjudiciales para la salud humana.
– Aceites y grasas: Una vez descompuestas huelen muy mal.
– Materiales inorgánicos como los plásticos, las latas o los metales: No son biodegradables, por tanto, no se van a descomponer.
– Plantas enfermas: Producen putrefacción y muy mal olor.
– Productos lácteos como la leche, los yogures, etc.
Aunque puedas pensar que el compostaje no es un proceso beneficioso, esto no es así. Hacer compost casero va a suponer una gran variedad de ventajas.
Gracias al compostaje casero, los residuos urbanos se reducen de una forma considerable. Este hecho hace que se minimicen los problemas ambientales ligados al tratamiento y transporte del mismo.
Y no solo afecta de forma positiva a tu ciudad, sino que también ayudará a tu huerto o jardín. Si se abona el terreno con este tipo de fertilizante natural, se mejorará la estructura del suelo ayudando a la retención del agua, a la ventilación y a los posibles efectos de las heladas.
El compost da consistencia a los terrenos arenosos y esponjosidad a los más fangosos.
Las ventajas no terminan aquí, pues la tierra acabará por contener más materias orgánicas y más nutrientes. Con este abono natural nos olvidaremos de la utilización de fertilizantes químicos que pueden afectar de forma negativa a nuestro huerto o a nuestra salud. Además, la no necesidad de estas sustancias, se produce un aumento de la cantidad de microorganismos beneficiosos para el ciclo de vida. Las lombrices y otros organismos airearán la tierra, evitarán que ésta se composte y favorecerán el arraigo de las plantas.
El proceso de compostaje no comienza en el momento de la descomposición ya que para empezar con este procedimiento se deben tener en cuenta una serie de factores. Estos ayudarán y garantizarán que tu compost sea de la mejor calidad posible.
Todo empieza con los utensilios, herramientas y materiales que vas a necesitar:
– Compostador: Es un recipiente o depósito que dispone de las propiedades y características aconsejadas para llevar a cabo el compostaje. Este podrá ser de plástico (los más recomendados, pues al no ser biodegradables soportan el paso del tiempo) o de madera. En el mercado los hay de diferentes tamaños, formas, con puerta o sin puerta. De algunos de ellos hablaremos en el próximo apartado.
– Aireador de compost: Vara metálica con un extremo en forma de espiral que sirve para airear y mezclar el abono. Dispone de un diseño muy ergonómico que facilita los trabajos de aireado de la mezcla.
– Tijeras de podar: Este tipo de herramienta es útil para cortar las ramas que se van a introducir como material estructurante.
– Criba: Este elemento se usa para separar las partes más finas de las más gruesas, como por ejemplo las ramas.
– Una pala para extraer el compost ya hecho.
– Y por supuesto, los materiales orgánicos que se van a añadir.
Cabe señalar que para elegir el tamaño del compostador deberás tener en cuenta una serie de factores. Por ejemplo, tendrás que considerar el número de personas que viven en tu casa y los residuos que puedan generar, cómo de grande será la zona destinada a el compostaje o la disponibilidad de materias orgánicas.
La ubicación del compostador también va a ser un factor clave en el éxito del compost. El silo se debe ubicar directamente sobre la tierra y preferiblemente en la sombra. Además, es mejor ubicarlo en una zona alejada de los espacios habitables, pues como cabe esperar, emitirá olor.
La forma de llevar a cabo el proceso de compostaje variará en función de la clase o sistema de compostador que vas a querer utilizar. Como ya se ha mencionado anteriormente, el tamaño, la ubicación y el tipo de silo va a depender de cómo decidas hacer el compost casero.
En este apartado hablaremos de alguno de los sistemas más populares. Asimismo, analizaremos las ventajas y desventajas que puedan tener.
Un contenedor cerrado para hacer compost garantiza que la mezcla esté limpia y ordenada. Los compostadores empleados están tapados y generalmente están hechos de plástico, pues al ser un material que no se degrada resiste el paso del tiempo y las condiciones climatológicas adversas.
Las formas son muy variadas y van desde cuadrados a cilíndricos.
Si vives en una zona urbana, con muchos vecinos, este sistema de compostaje es ideal para ti, pues al estar cerrados en todo momento, el olor no se propagará por el aire. Además, es perfecto para espacios pequeños gracias a su tamaño y su apariencia.
Sin embargo, también presenta algunos inconvenientes y dificultades. No se podrá realizar compostaje caliente debido a que la temperatura que requiere el abono va a ser mucho más complicada de mantener. Asimismo, la cantidad del mismo estará limitada.
Este sistema de compostaje es ideal para aquellas personas que quieran que su compost esté fuera de la vista de cualquier persona. Es una forma sencilla de tener abono orgánico en el jardín.
Pese a que los hoyos y las zanjas son un buen lugar para realizar compost, también son incómodas para plantar la cosecha. Además, pese a ser un método que prácticamente no tiene coste, tu esfuerzo tendrá que aumentar.
Es un sistema en el que los residuos se descomponen de una forma más lenta.
Este sistema emplea tres contenedores abiertos que pueden ser tanto de plástico como de madera. En un contenedor se encuentran los materiales frescos que se van a usar en el compostaje. Estos se mueven al segundo silo con el fin de mantenerlos calientes, pues de esta forma se descomponen más rápido. Una vez que tenemos hecho nuestro compost, lo movemos al último de los compostadores. A éste acudiremos cada vez que queramos abonar el jardín.
Es una excelente manera de realizar compost en caliente y en frío y los contenedores tienen un alto grado de almacenaje. Además, al estar abiertos, es muy sencillo realizar los movimientos y giros que necesita este abono.
Como inconvenientes citaremos los siguientes: necesitarás mucho espacio para los tres recipientes y puede ser un sistema más caro que otros (se requieren 3 compostadores diferentes, lo que va a aumentar el dinero que se debe invertir).
Elemento de plástico. Es un sistema ideal para los usuarios que no quieran gastar tiempo y esfuerzo en el girado del compost.
Este método está compuesto por unidades cerradas que se encuentran unidas a una estructura de apoyo. Ésta permite que el contenedor se pueda girar manualmente o usando un mango.
Es una forma excelente de ocultador los residuos en el jardín, así como evitar que los olores se propaguen por la zona. Sin embargo, con este sistema, el compostaje es más difícil de hacer y el volumen del abono estará limitado.
Cuando ya has analizado la cantidad de materias orgánicas que tienes disponibles en casa y cuando has decidido que tipo de sistema de compostaje quieres y la ubicación deseada, es momento de empezar con el proceso de descomposición.
Como verás a continuación, es un procedimiento muy simple si se hace con paciencia y siguiendo los pasos que se detallan a continuación. Esta explicación es independiente del tipo de sistema elegido.
Paso 1: Prepara tu contenedor/zanja en la zonas que has elegido para ubicarlo.
Paso 2: Llena el contenedor o el hoyo con una mezcla equilibrada de materiales. Se deben disponer en capas, una parte de material verde por cada parte de materias marrones. Aunque no es obligatorio, si se añade tierra entre cada una de las partes, las bacterias necesarias para la descomposición aparecen más rápido.
Si es posible, empieza echando una capa de materia marrón (hojas) pues es liviana y ayudará a mantener el aire suficiente en la parte inferior.
Paso 3: Gira la pila regularmente. Para facilitarte este trabajo, te aconsejamos que despejes una zona al lado del contenedor. En esta superficie coloca el compost, dale la vuelta usando una pala, y vuelve a ponerlo en el recipiente.
Paso 4: Rocía con agua cuando lo veas necesario y remueve la mezcla para proporcionar aire.
Paso 5: Cosecha tu compost. Cuando veas una capa de abono al fondo del recipiente, es momento de usarlo para plantar tu jardín o tu huerto.
¿ Y cuándo sabes que el compostaje ha acabado? El compost estará listo cuando su color sea marrón oscuro, el olor no sea fuerte y cuando no haya lombrices ni ningún material que no sepas identificar.
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