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Hoy, para no perder la costumbre (somos personas de costumbres), nos vamos a centrar en unos de los temas que más dudas genera entre los propietarios y los amantes de los denominados árboles enanos: ¿cómo cuidar un bonsái?
Estamos casi seguros que el algún momento incluso tú te lo has preguntado.
Pues bien, a diferencia de lo que puedas pensar en un principio, un bonsái no es complejo de cultivar. Tan sólo requerirá un esfuerzo extra por tu parte en algunos aspectos de sus cuidados. Para mantenerlo sano y vigoroso basta con seguir una serie de directrices básicas como por ejemplo el riego y la poda.
Cultivar un bonsái es todo un arte.
Estas pequeñas especies vegetales forman parte de decorados interiores y son las encargadas de aportar elegancia y color a cualquiera de las estancias en las que se encuentren. De hecho, el bonsái es una de las vegetaciones más populares en la ornamentación.
En este artículo vamos a analizar cómo cuidar un bonsái y vamos a detallar cuáles son las directrices que se han de seguir para conseguir un desarrollo óptimo del mismo. Por tanto, si ya tienes uno de estos árboles o si te ha picado la curiosidad, estás en el post adecuado.
¿Empezamos?
Antes de proceder con el meollo de la cuestión, no está de más que sepas lo que es un bonsái, pues al fin y al cabo es la base de nuestro estudio. Además, cultivar una especie sin saber a qué te estás enfrentando, sería, como bien dice el refrán, tirar piedras sobre tu propio tejado.
Dicho esto, vamos con ello.
Pues bien, esa palabreja tan rara “bonsái” proviene del chino bon=bandeja y sai=cultivar y consiste en el arte de cultivar árboles y plantas en pequeñas macetas. Esta técnica se puede emplear con casi cualquier especie siendo indiferente si es un árbol de gran tamaño o una simple planta floral.
¿Por qué?
Pues porque con este procedimiento se reduce el tamaño de las especies vegetales plantadas mediante técnicas como la poda o el trasplante.
Los resultados son esos pequeños arbolitos, de formas imposibles y de porte elegante que se pueden encontrar tanto en estancias interiores como en jardines exteriores. Y como podrás deducir, cuidar un bonsái no es una mera tarea de jardinería.
A diferencia de sus hermanos mayores, estas pequeñas plantas dependerán totalmente de tus cuidados. Si no cumples con sus necesidades y requisitos, no podrá sobrevivir. Pero no te alarmes, verás que una vez que termines con la lectura podrás comprobar que no se trata de una misión imposible.
Y si ya te has estresado, olvídate de ello.
Cultivar bonsáis es, para muchas personas, una efectiva técnica de relación y una buena manera de evadirse de los problemas cotidianos o del agobio del trabajo. Concentrarse en estas pequeñas especies ayuda a olvidarse de las preocupaciones diarias, por lo menos durante ese momento.
Desde aquí te animamos a que plantes un bonsái, verás que a la larga no sólo resulta satisfactorio, también te ayudará a superar el estrés.
Tal y como hemos dicho previamente, el cultivo de bonsáis puede parecer una tarea demasiado compleja, casi imposible de llevar a cabo, pero esto dista mucho de la realidad.
Si sigues una serie de pasos, cumples con una serie de directrices y, sobre todo, si los mimas, tus bonsáis crecerán sanos, vigorosos y con un porte elegante.
Antes de nada, debes saber que cuidar estos pequeños árboles requiere tiempo y paciencia. Sus necesidades son numerosas, variadas y entre las más importantes se encuentran: el riego, el abonado, la poda, el trasplante y algo que muchas veces pasamos por alto, la ubicación.
A continuación, vamos a detallar cada uno de los cuidados que necesita un bonsái.
La ubicación en la que coloquemos el bonsái va a ser determinante para que el árbol crezca de la mejor forma.
Antes de ubicar la maceta, debes tener claro qué tipo de especie estás cultivando, es decir, de si es exterior, interior o si puede desarrollar de igual manera en ambas ubicaciones. Si lo desconoces, te recomendamos que antes de hacer nada acudas a un centro de jardinería para que te lo expliquen adecuadamente.
Un bonsái no es más que un árbol muy pequeño y al igual que sus hermanos mayores, necesita mucha luz solar (aunque no directa), aire, lluvia (por ello es aconsejable pulverizarlo de vez en cuando) y humedad.
La ubicación recomendada es la siguiente:
– Para las especies de interior (por ejemplo: bonsái ficus o bonsái olmo) se recomienda colocarlos cerca de ventanas amplias y bien iluminadas, en espacios frescos y lejos de aparatos de calor. Existen especies tropicales que deben ubicarse en espacios más húmedos. Averigua que tipo de árbol es el tuyo y actúa en consecuencia.
– A los bonsáis de exterior sirve con ubicarlos en terrazas, balcones o jardines que cumplan con los requisitos de luz, aire o lluvia mencionados. Cabe señalar que, en épocas de intenso calor, heladas o frío extremo, debemos protegerlos y resguardarlos.
Regar un bonsái es una de las partes más importantes, sino la más determinante, en el cultivo de estos pequeños árboles. El riego y la cantidad de agua dependerán del tipo de especie que sea, la ubicación de la maceta o la época del año.
El tipo de árbol que sea condiciona la frecuencia de riego.
Por ejemplo, si se trata de un olivo, el riego debe ser menor que si se trata de un sauce. Para saber la cantidad de agua que le debes suministrar, primero debes conocer los requisitos de riego del árbol.
Otro factor a tener en cuenta es la maceta en la que está plantado y el tipo de sustrato. Una de material poroso deja pasar la humedad más rápido que uno de plástico. Y con la tierra sucede lo mimo.
¿Cuándo y cómo debemos regar estas plantas?
Como norma general, esta operación hay que llevarla a cabo cuando se observa que el árbol necesita agua, es decir, cuando se vea que el sustrato está seco. Se debe regar, de manera abundante, hasta que el terreno esté completamente mojado y hasta que el agua salga por el drenaje.
Para ello, se recomienda usar una regadera con agujeros finos.
Este tipo de utensilio evitará desplazar la tierra y causar daños en las hojas de la planta. Primero, se debe regar desde arriba y luego, hacerlo a fondo (tal y como se ha dicho anteriormente).
Asimismo, es aconsejable pulverizar la planta de vez en cuando, sobre todo si has decidido ubicarla en el interior de casa. Como bien sabrás, cuando un objeto o planta está ubicada en zonas interiores, acumulan mucho polvo y en el caso que nos ocupa, esto no beneficia nada al bonsái,
Además, está privado del rocío de la mañana.
El bonsái necesita nutrientes para poder sobrevivir. Al estar plantados en pequeñas macetas, el abono es un aspecto sumamente importante para lograr que el pequeño árbol crezca adecuadamente.
¿Cuándo hay que abonar? Pues bien, se deben abonar en las épocas de mayor crecimiento o, dicho de otro modo, en primavera y finales del verano (nunca en invierno ni con calor extremo).
El abonado se debe hacer en cantidades pequeñas, pero de manera frecuente.
Existen dos tipos de abono, el líquido (que se disuelve el agua de riego) o el sólido (se dispone encima de la tierra de la maceta). Uno u otro dependerán de los requisitos de tu árbol.
Y una vez más, debes tener en cuenta cuál es la especie que has plantado, así como el tamaño de la maceta, la época que sea o el momento de vida en que se encuentra tu bonsái.
Y llegamos al proceso más importante para lograr un bonsái, la poda. La poda es la base de uno de estos árboles, sin ella no se conseguiría una de estas plantas.
Con la poda se puede dar forma a nuestro bonsái y consiste en cortar las ramas que se consideren inútiles, las que estén defectuosas o en mal estado con el objetivo de controlar el tamaño, el crecimiento y para fortalecer el árbol.
No existe una época de poda perfecta, pues dependerá del tipo de especie que sea. Por regla general, te recomendamos cortar las ramitas a principios de la primavera.
Y no sólo se debe podar, también es aconsejable llevar a cabo el pinzado (aumentar la densidad de las hojas y reducir su tamaño podando para ello los brotes) y el alambrado. Con este último proceso se corrige la inclinación de las ramas colocando un alambre en las ramas y en el tronco, sin apretarlo demasiado para así no dejar marcas en la corteza.
Para poder tu bonsái haz lo siguientes:
No te olvides de usar las herramientas adecuadas para este trabajo. No sirve cualquier elemento que tengas en casa. Necesitarás algo de calidad, afilado y desinfectado. Además, debes usar unos guantes para protegerte las manos de posibles cortes o rasguños.
Como muchas plantas, el bonsái también necesita ser trasplantado en algún momento de su vida. Cuando sus raíces crecen hasta ocupar la totalidad de la maceta, cuando la tierra se va desgastando o cuando notemos que el agua no penetra con la misma facilidad, será el momento de trasladar el árbol a otro recipiente.
Para que el trasplante sea todo un éxito se deben seguir estos pasos:
Y hasta aquí nuestro post de jardinería de hoy. Como ves, el cuidado de un bonsái no es una tarea tan compleja si se siguen una serie de directrices y se llevan a cabo una serie de acciones específicas.
Esperamos haber contestado a la pregunta que nos planteábamos en un principio, ¿cómo cuidar un bonsái? y, sobre todo, que te hayamos solucionado cualquier duda que pudieses tener.
¡Nos vemos en la próxima entrega!
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