Nardo, la planta que destaca por la belleza de sus flores
En un día tan especial, se necesita una flor igual de especial. Nuestro protagonista de hoy seguro que te suena, pues es una de las plantas más usadas en eventos y bodas.
Quédate con este nombre: nardo.
En este artículo te vamos a enseñar todo lo que debes saber del nardo, también conocido como vara de San José. Esta planta tan espectacular destaca por su floración y el aroma que desprenden sus flores.
Si sigues leyendo, aprenderás qué es el nardo, cuáles son sus características más importantes y cuáles son los cuidados que necesitará para desarrollarse en todo su esplendor.
¿Empezamos?
¿Qué es el nardo? ¿Cuáles son sus características?
Tal y como te hemos adelantado, el nardo, conocido científicamente como Polianthes tuberosa, es una de las especies con flor más popular en eventos o bodas. También se usa para decorar una estancia.
Esta preciosa planta es originaria de México, de climas frescos y zonas tropicales. Destaca por su floración de color blanco, pero, aunque esta tonalidad es la más común, no nos podemos olvidar del nardo rosado o el azul.
Puede llegar alcanzar más de un metro de altura, posee unas hojas acanaladas y lineales de unos treinta centímetros de longitud. La flor de nardo es muy aromática y florece hasta el extremo de la espiga.
Se deben plantar a principio de la primavera en un clima templado con un buen drenaje, a pleno sol y un riego constante.
Una sola vara puede perfumar durante semanas un ambiente. De sus raíces se puede extraer un aceite esencial de nardo para hacer perfume o incienso.
Los principales usos del nardo
Tal y como te hemos mencionado anteriormente, los tallos del nardo -denominados rizomas- se usan para crear perfumes.
Para ello, hay que triturarlos y destilarlos, creando así un aceite con un aroma intenso y un color fuerte. Este aceite se extrae por destilación al vapor de la resina que se obtiene de la planta.
Otra aplicación frecuente, es la relacionada con la medicina herbolaria. En la actualidad, con el nardo se pueden tratar diferentes afecciones. Destacan las siguientes:
- El insomnio.
- Problemas en el sistema inmunológico.
- Estrés.
- Combate los hongos y bacterias.
- Problemas digestivos.
- Infecciones.
- El tallo se consume vía oral para limpiar el útero y tratar los trastornos menstruales.
Si bien es cierto que se puede usar para tratar los problemas anteriores, no nos podemos olvidar que un consumo inadecuado o excesivo puede ser muy negativo para tu salud.
Por ello, como siempre decimos en estos casos, antes de proceder a su consumo, infórmate de los efectos, de las recomendaciones y pregunta a un profesional.
¿Cómo se cultiva?
Y llegamos a la parte más temida por cualquier principiante en jardinería y por los no tan novatos.
Como sabrás, a la hora de cultivar una planta -ya sea en el jardín o en una maceta- hay aspectos que son sumamente importantes para lograr un desarrollo adecuado de la misma.
Entre estos factores destacan por ejemplo la ubicación o el riego. El nardo, como todas las plantas que hemos analizado en el blog, no iba a ser a una excepción.
Se cultivan a partir de su bulbo, con una temperatura cálida y una humedad sobre un 60 o 70 por ciento. Se deben plantar a principio de la primavera.
Las flores suelen aparecer a finales de la primavera y esta floración dura hasta bien entrado octubre.
Pero veamos en profundidad los aspectos clave para un buen cultivo de nardo.
Aunque muchas veces lo pasamos por alto, la ubicación de la planta es fundamental para lograr un buen enraizamiento y un correcto desarrollo.
En el caso del nardo, debemos elegir una zona soleada, pues necesita mucha radiación lumínica. Además, hay que plantarlo en un agujero de 5 cm de profundidad.
Si has decidido cultivar varios bulbos, te aconsejamos dejar un espacio de 15-20 cm entre cada uno de ellos, así podrán crecer con libertad.
La ubicación también está relacionada con la tierra. Muchas veces te encontrarás con que aunque el lugar es perfecto, el sustrato no lo es tanto.
Por ello, ten en cuenta que los nardos necesitan estar cultivados en una tierra rica en nutrientes, con un buen drenaje (no toleran los encharcamientos) y con un pH de 6 o de 5-7.
Para promover que la planta evolucione, te aconsejamos que durante los dos primeros meses la riegues cada dos días. Hazlo hasta que veas florecer los primeros brotes.
Pasado este periodo, puedes reducirlo a 2 o 3 veces cada semana.
Recuerda: un buen riego no es sinónimo de encharcamiento, por ello, asegúrate que la tierra drena bien el agua.
El nardo también necesita que se abone. Por tanto, añade un fertilizante que contenga, a partes iguales, nitrógeno, fósforo y potasio.
El abono debe ser específico para plantas bulbosas.
Aporta estos nutrientes extras desde la primavera y hasta verano. Con una vez cada 6 meses es suficiente.
Si tienes alguna duda, te aconsejamos que acudas a un centro de jardinería especializado para que puedan ayudarte. Además, es muy importante que sigas las instrucciones del envase.
El momento óptimo de corte es cuando los dos primeros pares de flores están en dehiscencia. A primera hora de la mañana cuando la temperatura es baja y la humedad relativa alta.
¿Cómo se poda?
El corte se debe realizar desde la base de la vara, dejando las hojas en la planta para que el bulbo siga “engordando”.
Cuando veas que las hojas se marchitan, debes eliminarlas para así favorecer el crecimiento de las demás. Si la planta se marchita de todo, la planta dejará de crecer hasta el próximo año.
Para volver a plantarla en próximo año, elimina las hojas amarillas y recorta el tallo dejando una altura de 10 o 15 cm. Saca de la tierra una proporción grande con el bulbo dentro y espera 24 horas a que los bulbos se sequen sobre una malla.
Utiliza una caja de cartón o de plástico donde puedas introducir serrín o vermiculita (sustancia mineral) y guárdalos en lugar fresco. Si se seca el bulbo regula el nivel de humedad con un spray con agua.
El nardo, como muchas de las especies de las que te hemos hablado a lo lardo de este tiempo, no está exente de sufrir el ataque de enfermedades o plagas.
Muchas veces, tendrán solución. Otras, tu planta puede tener consecuencias fatales.
Por ello, para ayudarte a indentificarlas y, por consiguiente, tratarlas a tiempo, te mostraremos las más comunes:
- Pulgón: vieja conocida de este blog. Es una plaga que aparece en primavera y afecta a los brotes y las hojas. Sabrás que el nardo está infectado, cuando observes que el envés de las hojas hay unos pequeños insectos (verdes o negros).
- Trips: produce daños en el tallo floral. Se presenta en forma de manchas blanquecinas, rodeadas de motas negras.
- Mosca blanca: suele aparecer cuando la temperatura es igual o superior a 25ºC. Afecta a las hojas y las vuele de un color amarillento.
- Araña roja: es un ácaro que se desarrolla en la humedad y cuando hay las altas temperaturas. En la planta aparecen puntitos de color amarillo en las hojas, tornándose a marrón. Luego se secan y se caen.
Al ser una flor delicada, pero a su vez muy especial, el nardo puede verse atacado por tres enfermedades que, cuidándola con cariño y mimo, no debería preocuparnos.
Estas afecciones se generan debido al clima y ambiente en el que prolifera la planta:
- Podredumbre de raíz y cuello: los hongos que proliferan en un ambiente húmedo hacen que las raíces y los cuellos de la planta se marchiten y se amarilleen.
- Ramularia primulae: causan manchas en las hojas.
- Botrytis cinérea: también conocida como moho gris o podredumbre gris. Se desarrolla en climas suaves y húmedos y es una de las enfermedades más comunes en cultivos hortícolas.
Y hasta aquí nuestro artículo de hoy.
Esperamos que hayas conocido un poco más la vara de San José, o más comúnmente llamado, el nardo, una planta llena de beneficios medicinales y muy aromática.
¡Nos vemos en la próxima entrega!
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