El plumbago es un arbusto perenne cuyo uso principal es ornamental. Se trata de una variedad muy común y comercializada que se puede ver en jardines, terrazas o en los muros de las casas.
Es una especie vegetal que cuenta con una serie de variedades, entre las que destacan las tres analizadas en este post: auriculata, rosea y europaea.
Este arbusto es fácil de cuidar, de cultivar y no necesita condiciones muy específicas de desarrollo. Por ello, si no eres un experto en jardinería y te gustan las plantas con flores coloridas y vistosas, el plumbago puede ser una opción a tener en cuenta.
Si quieres conocer un poco más sobre esta planta, sus características o las técnicas de cultivo, te invitamos a que sigas leyendo.
Reino: Plantae
Nombre científico: Plumbago
Clase: Magnoliopsida
Orden: Plumbaginales
Familia: Plumbaginaceae
Origen: El plumbago es un género de la familia plumbaginaceae que abarca alrededor de 20 especies diferentes. Este arbusto trepador es originario de las zonas templadas, cálidas o tropicales. Como particularidad, cabe señalar que su nombre “Plumbago” deriva del latín plumbus (plomo), y no solo por el color que pueden adoptar las flores de alguna de sus variedades, sino también porque en la antigüedad se creía que esta planta era la cura del envenenamiento por plomo.
El plumbago es una planta perenne con porte arbustivo y trepador, o dicho de otro modo, permanece verde durante todo el año y crece en forma de arbusto. Presenta un crecimiento caótico y desordenado ya que sus tallos se desarrollan de manera desorganizada llegando incluso a medir un par de metros. Cabe señalar, que si el crecimiento de esta planta se hace de forma controlado, es decir, usando para ello tutores, el plumbago puede formar parte de la decoración del jardín, de las terrazas o de los muros.
Sus hojas tienen forma de espiral, son simples y enteras y tienen una longitud máxima de 12 cm. Tienen una base y mucha veces presentan márgenes con pelo. ¿Y qué pasa con sus flores? El plumbago es un arbusto que florece durante todo el año con excepción de los meses más fríos. Sus flores tienen una amplia variedad cromática según la especie que sea. Nos podemos encontrar con colores como el rojizo, el blanco, el azul (la más común), el púrpura o el rosa. Dispuestas en inflorescencias, también denominadas racimos, estas flores presentan una corola tubular y cinco pétalos. Su cáliz tiene pelos glandulares que segregan una sustancia viscosa capaz de atrapar y matar insectos.
Tal y como se ha mencionado anteriormente, el plumbago es una planta que abarca una serie de especies, todas ellas con colores muy diferentes. Las más comunes, es decir, las que más se cultivan y comercializan son la Auriculata (Capensis), la Rosea (Indica) y por ejemplo la Europaea.
La plumbago auriculata es una especie originaria de Sudáfrica. Es la más comercializada y cultivada de todas.
¿Cuáles son las características principales de esta planta? La auriculata es un arbusto perennifolio, ramoso y con tallos semileñosos. Sus hojas son ovadas, de color verde claro, enteras, redondeadas en el ápice y pueden llegar a medir unos 5-6 cm. Su cáliz está soldado en tubo y tiene cinco dientes agudos. Su época de floración es de julio a diciembre. Sus flores son de un color azul intenso y están asociadas en grupos de aproximadamente 20 para así formas espigas.
Es una planta que puede desarrollarse de forma óptima en las macetas situadas en el exterior y no necesita de cuidados especiales. Puede regarse libremente en verano y requiere un lugar cálido para florecer.
La plumbago rosea o indica es una especie cuyo hábitat natural está en Asia. Destaca por su floración y, aunque no es tan exuberante como la anterior, es una de las más cultivadas. ¿La razón? Ésta no es otra que el color de sus flores, un rojo vivo que destaca en cualquier jardín o terraza. Además, este arbusto perenne presenta una hojas menos largas que la plumbago auriculata y tienen una forma ovalada.
Se cultiva como planta ornamental y necesita temperaturas suaves, es decir, que no disminuyan de los 7ºC.
A la plumbago europaea es habitual encontrarla en lugares secos, abiertos y baldíos. También es conocida como belesa o dentelaria.
Esta especie de plumbago, al igual que las dos anteriores, es un arbusto perenne, de color verde oscuro y que alcanza una altura de hasta 120 cm. Presenta un tallo anguloso, leñoso y muy ramificado. Sus hojas son alternas y de hasta 9 cm de longitud. Las brácteas inferiores tienen un pecíolo alado, son más o menos ovaladas, y las medias cuentan con sésiles . Las flores están agrupadas en inflorescencias en forma de espiga y disponen de un cáliz tubular con un pedúnculo glanduloso.
La multiplicación del plumbago se puede hacer mediante esquejes o usando semillas. El resultado dependerá de la forma elegida, es decir, si usas semillas corres el riesgo de que la planta resultanteno sea igual a la especie madre.
Multiplicación por esquejes: Consiste en hacer esquejes de unos 8-10cm de las ramas laterales de la planta. Para ello se debe realizar un corte oblicuo justo bajo un nudo eliminando las hojas situadas debajo. Para favorecer el enraizamiento, espolvorea la parte cortada con un polvo especializado. Luego coloca los esquejes en una maceta, humedece el terreno y cubre el tarro con un paño de plástico transparente o una bolsa. Cada día debes retirar el plástico para controlar la humedad y la posible condensación de agua.
Multiplicación por semillas: Se hace en primavera y consiste en esparcir las semillas de manera uniforme en un sustrato. Una vez enterradas, humedece el terreno y rocíalo con agua y fungicida para evitar infecciones de hongos. Al igual que en la multiplicación por esquejes, la bandeja/maceta se debe cubrir con un plástico transparente.
Como toda especie vegetal, la plumbago también requiere de una serie de condiciones de cultivo para que su desarrollo sea el adecuado. Aunque es una planta que no necesita cuidados especiales, sí que va a precisar de una técnica de plantación característica, de un riego específico o de por ejemplo una poda anual.
El plumbago es un arbusto rústico que no requiere condiciones especiales o específicas, solo precisa una serie de cuidados para que se pueda desarrollar adecuadamente.
Veamos por tanto algunas de las particulares de esta planta:
– No soporta el frío. Prefiere las altas temperaturas del verano.
– Requiere de luz, mucha luz, por lo que es recomendable plantarlas el zonas con sol directo.
– Puede cultivarse en macetas exteriores. Se aconseja evitar las áreas con corrientes de viento.
– Dado que es un arbusto trepador, es preferible colocarle tutores para controlar su crecimiento.
Se debe regar abundantemente durante la primavera y el verano. Entre riego y riego hay que esperar a que la tierra esté totalmente seca, pues de lo contrario se pueden producir encharcamientos y por consiguiente enfermedades o podredumbre de las raíces.
El plumbago requiere de entornos húmedos por lo que se debe rociar regularmente y hasta que aparecen las primeras flores (nunca hacerlo cuando el sol está ofreciendo luz directa).
Este arbusto necesita terrenos que drenen bien el agua y en los que no se produzcan encharcamientos. Cuando se plante en una maceta es importante colocar en el fondo grava o trozos de barro para favorecer el escurrimiento del agua.
El plumbago se trasplanta al principio de la primavera usando para ello una maceta un poco más grande y una tierra fértil.
Se debe abonar cada dos semanas al finalizar la primavera y durante todo el verano. Para esta operación se recomienda usar un fertilizante líquido diluido en agua de riego. Los abonos se deben suspender cuando llegue la época de frío, es decir, los meses comprendidos en otoño e invierno.
La floración del plumbago se suele producir en los meses comprendidos entre abril y otoño, pero esto dependerá del tipo de especie que sea. Una vez que el proceso de crecimiento de las flores termina, es el momento de llevar a cabo la poda de la plantar.
¿Cómo se hace una buena poda? Para que esta operación tenga el éxito que se busca, se deben cortar los tallos leñosos a 30cm del terreno. Si no se hace correctamente, las flores solo de formarán en las ramas intactas, es decir, en las de todo el año.
Como toda especie vegetal, el plumbago es susceptible se sufrir el efecto negativo de diversas enfermedades o plagas que pueden afectar a su desarrollo. Estas afecciones tienen consecuencias nocivas en el aspecto de la planta, llegan en ocasiones a ocasionar la muerte de la misma.
A continuación se desarrollan las más comunes y sus efectos inmediatos:
– Cuando las hojas están marchitas o cuelgan, nos encontramos ante un problema de riego. Si se riega abundantemente o muy poco se producen las consecuencias mencionadas. ¿La solución? Controlar la cantidad de agua que se usa.
– Si observas que el plumbago se seca rápidamente quiere decir que la planta se ha sometido a fríos extremos y a heladas. Debes eliminar las partes dañadas y proteger las zonas sanas.
– Si el terreno es pobre en nutrientes, este arbusto perenne no florecerá. Para evitarlo es recomendable que lleves a cabo un buen abonado.
– Los pulgones son una de las pestes más comunes. Son pequeños insectos que succionan la sabia de la planta, provocando el marchitamiento de la misma. El mejor remedio para eliminarlos es usar productos específicos.
La poda es una de las tareas de mantenimiento que se deben realizar para que el plumbago crezca correctamente. Para llevar a cabo este proceso, puedes emplear las siguientes herramientas:
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