Volvemos un día más para hablarte de una especie que aportará belleza y su toque tropical a tu hogar. Se trata ni más ni menos que de la kentia (conocida también como palma), una de las palmeras más utilizadas para la decoración de interiores.
Esta especie tan bonita destaca principalmente por sus largas hojas.
Si quieres descubrir de donde procede, cuáles son sus características más destacadas y qué cuidados necesita, tenemos el artículo perfecto para ti.
¿Empezamos?
La kentia, cuyo nombre científico es Howea forsteriana, es una palmera de origen australiano, pues es nativa de la Isla de Lord Howe, situada en Oceanía.
Suele ser una de las primeras opciones a la hora de decorar estancias, ya que su altura y sus frondas en forma de arco la convierten en una especie tremendamente atractiva. Además, si cuidas bien de ella, alegrará tu hogar durante muchos años.
Junto con la Howea belmoreana, es una de las dos únicas especies que se conocen del género Howea. Esto lo trataremos más en detalle en un apartado posterior.
¿Y cómo crece la kentia? Entre sus principales características, debes saber que no precisa una gran iluminación para su desarrollo. No obstante, si tienes pensado cultivarla como planta de interior, ten en cuenta que esta palmera puede llegar a superar los 3 metros de altura ¡Y eso no es nada! En sus orígenes, la kentia es capaz de alcanzar los 9 metros. Es una planta de crecimiento lento.
Produce una inflorescencia que se manifiesta como una serie de espigas unidas a la base del tallo que tienen varios recovecos. Dentro de esos pequeños espacios, pueden observarse unas flores de color blanco.
Sin embargo, para que la floración de la kentia sea posible, la palmera necesita el clima tropical característico de sus orígenes.
¿Y sus hojas?
No podemos negar que una de las principales señas de identidad de esta planta son sus largas hojas. Por lo general, llega a desarrollar alrededor de unas cinco, segmentadas cada una de ellas en múltiples foliolos. Cuando nace una nueva, lo más probable es que la fronda más mayor se seque para cederle su puesto.
Como ya te comentamos, a día de hoy solo se conocen dos plantas dentro del género Howea: H. forsteriana y H. belmoreana. Ambas son muy similares, pero podemos señalar algunas diferencias que te ayudarán a diferenciarlas.
Como ya sabrás a estas alturas del artículo, esta planta puede utilizarse para la ornamentación de estancias interiores. Sin embargo, si las condiciones climáticas bajo las que resides son templadas, también podrás aprovecharla para decorar tu jardín o tu terraza.
Podríamos decir que se trata de una planta muy versátil. Su belleza hace que encaje a la perfección en cualquier rincón.
Lo primero que debemos hacer es tener muy claro donde la vamos a situar, pues esta palmera es especialmente sensible a los cambios de iluminación.
No hace falta que esté totalmente expuesta. De hecho, ni siquiera es recomendable que reciba luz de forma directa si el ejemplar tiene menos de 5 años.
Pero recuerda: se trata de una planta, y como tal, hace falta que reciba una dosis para que sus hojas se mantengan brillantes.
Además, ten presente que, debido a su crecimiento lento, seguramente necesitarás trasplantarla a otro recipiente al cabo de dos o tres años
Por su versatilidad, puede adaptarse a cualquier tipo de terrenos, pero te recomendamos que la cultives sobre suelos margosos, aplicando fertilizantes específicos para ello.
Al ser una palmera, la kentia no se encuentra entre las especies más capacitadas en lo que a absorber nutrientes se refiere. Por esta razón, no debes aplicarle abonos foliares.
Además, es importante tener en consideración la edad del espécimen, pues las hojas de los ejemplares adultos son propensas a teñirse de amarillo y secarse. Si se da el caso, puedes probar a abonarlas una vez al año con potasio y magnesio.
Dependerá de la estación y las temperaturas bajo las que nos encontremos.
En los meses más fríos, la temperatura debe oscilar en torno a los 15ºC. Debajo de esta cifra, la planta corre el riesgo de no crecer más.
Si por el contrario la estancia donde la ubicarás supera los 15ºC, deberás regar la planta con más frecuencia para mantenerla bien hidratada.
En primavera y verano, por su parte, la temperatura ideal sería aquella que llegue a los 21ºC, por lo que una vez más, mantenerla húmeda deberá ser tu prioridad. Riega la planta y rocíala cada dos semanas con un fertilizante líquido.
A mayores, si tienes pensado cultivar tu kentia en interiores, te aconsejamos que la riegues con agua clara una vez al mes.
¿Por qué?
Con esto ayudarás a neutralizar la acumulación de minerales en el terreno, un hecho que a menudo suele darse en las plantas de interior.
La kentia no se poda, lo cual no implica que debas descuidar la estética de la planta.
Según se vayan secando las hojas, elimínalas, pues de permanecer en la planta, podrían desembocar en enfermedades o atraer parásitos.
Y por supuesto, ten cuidado de no dañar el tallo cuando cortes las hojas, ¡pues solo tiene uno!
Por muchas precauciones que tomemos, siempre estará el riesgo de que nuestra planta sea víctima de enfermedades y plagas. En el caso de la kentia, debes tener especialmente en cuenta las siguientes:
Hasta aquí nuestro artículo para hoy. Esperamos que te haya servido para conocer mejor a la kentia.
¡Nos vemos en la próxima entrega!
¡No te pierdas nuestras novedades y promociones!
Suscríbete a nuestra newsletter y no te pierdas nada sobre Husqvarna. Cubre el formulario y recibe información sobre promociones, novedades y ¡mucho más!