Para terminar el mes de febrero de la mejor forma, te traemos una planta que seguro te va a gustar.
Nuestro protagonista de hoy es un género de especies que abarca un amplio número de variedades de diferente color. Se suele usar como planta ornamental y para arreglos florales, de hecho, se suele comercializar como flor cortada.
¿Te suenan estas afirmaciones?
Hoy te enseñaremos todo sobre el gladiolo, desde sus características más importantes y los tipos que hay, hasta los cuidados más básicos. Un post completo que seguro te ayudará en su plantación.
¿Empezamos?
El gladiolo es un género de especies originario de las regiones mediterráneas europeas, de Asia, África tropical y Sudáfrica. Las especies que lo conforman son plantas de follaje perennifolio y tienen órganos subterráneos de almacenaje (cormos).
En la actualidad, los gladiolos que se cultivan como plantas ornamentales es el resultado de la hibridación de varias especies del género Gladiolus y la posterior selección artificial de las más interesantes.
El gladiolo es una planta herbácea capaz de crecer hasta una altura de 180 siempre y cuando se cumplan unas condiciones de cultivo óptimas. Por lo general, esta vegetación se desarrolla entre los 60-180cm.
Tal y como te adelantábamos, el gladiolo nace a partir de un tallo/órgano subterráneo denominado cormo, parecido a un bulbo, pero con diferente forma (más redondeada).
Sus hojas son perennes.
El follaje se mantiene verde durante todo el año, es decir, cuando llega la época de seca y muchas plantas empiezan a perder sus hojas, el gladiolo se mantiene intacto. Con él, tu jardín estará siempre verde y lleno de vida.
Estas hojas tienen forma de lanza, son alargadas y están recubiertas por una especie de “cera”.
¿Y sus flores?
Pero si hay algo que destaca en esta vegetación es su floración. Como quizás ya sepas, las flores de los gladiolos se desarrollan en diferentes espinas terminales (muy largas) capaces de albergar hasta 20 flores diferentes.
Los colores varían en función de la especie que sea. Por ejemplo, el Gladiolus communis tiene flores de color rosa brillante o moradas, las del Gladiolus calianthus son blancas y las del Gladiolus gregarius son violetas.
Y, ¿cuándo florece el gladiolo?
Desde verano y hasta otoño, podrás ver florecer tu planta. Además, debes saber que, si vives en zonas de clima templado, es probable que tu gladiolo pueda producir flores durante todo el año.
En la actualidad, existen miles y miles de cultivares de gladiolo por todo el mundo. Sin embargo, para su sencilla comercialización, se suelen clasificar en los siguientes grupos:
Otra clasificación habitual es la de “colores”. Existen hasta 10 tonalidades diferentes de gladiolos, siendo los más habituales:
Como ves, una gran variedad de gladiolos que llenarán de vida y color cualquier jardín.
Para que una planta se desarrolle adecuadamente y en todo su esplendor, se deben cumplir una serie de factores y requisitos. Mucha vegetación necesita un mantenimiento alto, otras plantas sólo unos pocos cuidados.
El crecimiento del gladiolo dependerá de la temperatura, el riego, o la tierra, entre otros aspectos.
A continuación, te explicaremos cuáles son sus necesidades.
El gladiolo es una planta que necesita gran cantidad de luz solar para desarrollarse, de hecho, se considera vegetación heliófila. Las flores comienzan a desarrollarse en la oscuridad, cuando la temperatura es la adecuada.
Respecto a la luz, si es insuficiente, el gladiolo no crecerá. Por el contrario, si es demasiado intensa, su tallo acabará por ser muy pequeño.
No es exigente en cuanto al tipo de sustrato en el que se plante, pero sí es cierto que prefiere los arenosos con alguna aportación orgánica como por ejemplo el compost.
Además, tolera los suelos arcillosos, sin olvidarnos nunca de que tengan un buen drenaje. El gladiolo no soporta los encaramientos de agua.
El mejor pH es el que se encuentre entre 6 y 7.
El gladiolo es una de esas plantas que necesitan riegos abundantes para mantener el sustrato húmedo, sobre todo cuando comienza a florecer.
Aunque la cantidad de agua suministrada debe ser regular y abundante, no podemos olvidarnos de que un exceso puede ser muy perjudicial. Como hemos mencionado anteriormente, esta especie no tolera los encharcamientos.
Los tipos de riego que por lo general se suelen emplear con el gladiolo son el de aspersión, manta o por goteo.
Unas temperaturas elevadas son muy perjudiciales para la planta, tanto las ambientales como las del suelo. Cuando está expuesto a un intenso calor, el gladiolo puede perder sus flores y sus cornos pueden verse afectados negativamente.
Dicho esto, las temperaturas óptimas del suelo deben rondar los 10-12° y las ambientales sobre los 15° por la noche y 20°-25°C por el día.
La humedad también juega un papel importante.
Una humedad relativa menor al 50% no es adecuada, pues empeora el crecimiento de la planta. Por el contrario, una mayor al 70% provocaría un desarrollo excesivo del tallo y la posible aparición de podredumbre.
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