Descubre como debes cuidar y cultivar las gerberas
Si nos has estado siguiendo a lo largo de este periodo, empezarás a tener claro que en Husqvarna nos gustan las flores. Hoy, para no perder la costumbre, volvemos con una ficha en la que la protagonista absoluta será la gerbera.
Como sabrás (o quizás no) este género de plantas perennes se usa para la ornamentación de jardines y la culpa es de su preciosa floración.
Sus flores tienen una gran variedad de tono debido a todas las variedades que hay.
A continuación, te enseñaremos las características de la gerbera y aprenderás qué aspectos de su cultivo debes tener muy en cuenta. Una ficha bastante completa ¿no crees?
¡Vamos con ello!
Gerbera: Qué son y sus características
La Gerbera es un género de plantas originario de África que abarca un amplio número de especies (aproximadamente unas 150 variedades distintas). De la familia Asteraceae, son plantas herbáceas, perennes y rizomatosas.
Generalmente, las gerberas presentan un único tallo. De su rizoma se desarrollan las raíces que pueden llegar a alcanzar el metro de profundidad y es desde este rizoma desde donde luego crecen las hojas.
Su follaje perenne se mantiene verde durante todo el año, sin importar la época en la que se encuentre. Sus hojas crecen formando una roseta basal (disposición circular a la misma altura), con limbo variable y muy sedosas al tacto.
Pero, si hay algo que destaque en las gerberas son sus flores. Su floración crece en largos tallos que terminan en una inflorescencia en cabezuela. Esta está constituida por las flores femeninas en forma de pétalo (denominadas flores liguladas) y las flores hermafroditas que constituyen el disco.
Se usan como planta ornamental para decorar jardines, son perfectas para cultivar en maceta y también se emplean como flores de corte.
Principales especies
Tal y como te hemos mencionado en el apartado anterior, Gerbera es un género que abarca un gran número de especies. Con aproximadamente 150 especies, no todas tienen la misma popularidad.
Unas son más populares que otras. Y, ¿cuáles son?:
- Gerbera jamesonii: conocida simplemente como Gerbera o margarita del Transvaal, es la especie más extendida y comercializada. Presenta hojas lobuladas, con pelusa y dispuestas en roseta. Sus flores son simples o dobles y tienen unos pétalos muy coloreados (blancos, rojos, amarillos, naranjas y rosas).
- Gerbera híbrida (Gerbera hybrida): originaria de África del Sur, es otra de las especies de este género más cultivada para fines ornamentales. Es una planta que procede de la hibridación de la Gerbera jamesonii y la Gerbera viridifolia. Crece en forma de roseta, puede vivir varios años y su sistema radicular es pivotante. Tiene flores femeninas liguladas, flores hermafroditas y flores masculinas.
¿Cómo cuidar las gerberas?
Si ya has decidido que quieres plantar una gerbera en el jardín, ahora es el momento de que aprendas cuáles son los cuidados y las condiciones de cultivo de dicha planta.
Como otras especies que hemos analizado en el blog, la gerbera va a requerir un mantenimiento para poder crecer sin problemas. Además, a la hora de plantarla necesitará una serie de condiciones especiales (tipo de terreno, espaciado entre plantas, etc).
A continuación, detallaremos los aspectos que debes tener en cuenta en la plantación y mantenimiento de la gerbera.
La gerbera no es demasiado exigente en cuando al clima, de hecho, se adapta a casi cualquier ambiente. Sin embargo, la luz, el viento o las temperaturas, determinarán su desarrollo.
En cuanto a la luz que reciba, esta planta crecerá mucho mejor si la cultivas en un lugar soleado. Cuanta más luz tenga, más crecerá. En verano ten cuidado de que no se quemen con el sol.
Las corrientes de aire, a diferencia de la luz, son perjudiciales. Antes de cultivar gerberas, te recomendamos que analices en qué lugar del jardín estarán más resguardadas. Nuestra recomendación es que las plantes al lado de un muero o una pared.
¿Y las temperaturas?
Necesitan temperaturas entre los 18-24 grados (nunca menos de 13⁰C). Son sensibles al frío y toleran temperaturas elevadas.
Las gerberas prefieren suelos ricos en materia orgánica, sueltos y con un buen drenaje. Además, lo mejor es que el terreno contenga algún componente ácido para que así crezcan más saludables.
Evita tierras compactas y encharcamientos.
Otro de los factores a tener muy en cuenta es el espaciado entre planta y planta. Para que las gerberas crezcan adecuada y libremente, trata de dejar espacio suficiente para ello.
No las plantes cerca de otras especies y ubícalas en un lugar amplio.
A la gerbera le gusta el agua, sobre todo durante los primeros meses de crecimiento. En esta época, riégalas al menos 2 veces al día para estimular el crecimiento de las raíces (recuerda, no las encharques).
Cuando la gerbera ya ha crecido y durante primavera/verano, riégalas moderadamente, pero de forma regular. Mantén el terreno siempre húmedo, pero no encharcado.
En invierno no es necesario echarles agua constantemente.
Se recomienda abonar la gerbera 1 año después de ser plantada y aportar para ello un abono completa entre primavera y otoño (cada 15 días).
En cuanto a la poda, acepta una poda de mantenimiento para eliminar las hojas en mal estado y otras partes de la planta que impidan el correcto desarrollo.
Para retirar las hojas y las flores secas, hazlo de forma manual y con mucho cuidado.
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