¿Cuáles son los cuidados del ciclamen?
Volvemos un día más con un post pensado en aquellas personas que no temen ensuciarse las manos en el jardín. Un artículo de jardinería en el que la especie protagonista es una vieja conocida de este blog, Cyclamen.
El ciclamen, como quizás ya sepas, es una planta herbácea de tubérculo cuya característica más destacada es su floración invernal. Es muy usada en decoración debido precisamente a sus flores.
Hoy hablaremos de su cultivo y de los cuidados que necesita para desarrollarse correctamente.
El Cyclamen o ciclamen, es un género de plantas de porte herbáceo que se desarrollan a partir de tubérculos. Las especies que lo conforman son de aproximadamente 20. Sus tubérculos son más o menos lisos y en ellos se acumulan los nutrientes de reserva que necesita la planta
¿Empezamos?
¿Qué es el ciclamen?
El ciclamen es perenne. Su follaje se mantiene verde y en la planta durante todo el año, incluso en la época de seca. Las hojas presentan un largo pecíolo, son carnosas, tienen el haz verde moteado y el envés verde o púrpura.
Florece en invierno. Las flores del ciclamen son su mayor atractivo y la razón principal de su popularidad en decoración. Tienen grandes pétalos que se pliegan sobre sí mismos y destacan por su gran variedad cromática (desde blancas hasta rosas, púrpuras, etc).
Son aromáticas. Si estás buscando una planta que llene de vida y color durante el invierno más frío, el ciclamen es una gran opción. Pero ojo, uno de sus inconvenientes más importantes es que tiene una corta duración cuando se planta en el hogar.
¿Por qué? Pues porque las condiciones de cultivo no son las idóneas. En casa solemos tener mayores temperaturas que en el exterior, y estas especies no son muy fans de las altas temperaturas.
Por ello, antes de hacer nada, asegúrate que sabes cómo se cultiva y cómo se cuida. Además, te recomendamos que prestes atención a lo que vamos a detallar a continuación.
El cultivo de ciclamen: Factores a tener en cuenta
El género Cyclamen y todas las especies que lo constituyen, necesitan ciertos cuidados para sobrevivir. A diferencia de lo que puedas pensar en un primer momento, cuidar una planta no es una misión imposible.
Tan sólo requerirá cierta atención de tu parte.
El ciclamen no es sencillo de cultivar, pero, no te asustes. Si sigues los consejos y detalles que mencionaremos a continuación conseguirás una planta desarrollada, sana y con muchas flores.
Una de las grandes olvidadas a la hora de afrontar el cultivo es la ubicación.
El lugar de plantación va a ser determinante para el correcto enraizamiento de la planta y por consiguiente su óptimo desarrollo. El ciclamen va a necesitar lugares frescos y muy ventilados.
Puede desarrollarse en exterior e interior. En este último caso, aléjala de las fuentes de calor.
La iluminación necesaria va a depender de la ubicación en la que se haya plantado.
Por ejemplo, si se ha cultivado en exterior, lo más recomendable es colocarla es espacios de semisombra para evitar así la luz directa del sol. Por lo contrario, si se hace en interior, requería ciertas dosis de rayos solares.
Al ciclamen hay que aportarle la cantidad de luz que se le ha privado en su cultivo.
Requiere grandes cantidades de agua para desarrollarse en todo su esplendor. No tolera los encharcamientos, por lo que la tierra debe drenar bien el agua.
A la hora de regarlo, no pulverices ni las hojas ni las flores.
En caso de plantarlo en una maceta, una buena forma de evitar esta pulverización no deseada, es colocar un plato debajo del recipiente, así el ciclamen irá absorbiendo el agua que necesita.
La tierra debe estar húmeda.
El ciclamen no es exigente en cuanto al tipo de terreno en el que se plante. La única condición que debe cumplir es que tiene ser fértil. Además, también debe contar con un buen drenaje.
Que no sea exigente no quiere decir que no prefiera un sustrato a otro. Los compuestos por turba y arena son sus favoritos.
Otro de los cuidados más habituales es la poda de mantenimiento. Se trata de un proceso delicado, pues un exceso de corte puede ser fatal.
Corta los tallos de las hojas muertas y que se encuentren en mal estado. Usa herramientas desinfectadas y que estén bien afiladas.
El abono es necesario cuando notemos que nuestro ciclamen ya no produce esas flores tan bonitas que lo caracterizaban o cuando los botones florales empiecen a secarse.
Para ello, utiliza un fertilizante especial para este tipo de plantas o un abono líquido diluido en el agua de riego.
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