Cambiamos las plantas por árboles. Para empezar la semana con ganas, te traemos uno de los árboles frutales más conocidos, no solo por la sombra que proporciona y los usos que ello conlleva, también por los beneficios y aplicaciones de sus frutos, las avellanas.
Hoy hablaremos del avellano.
En este nuevo artículo del blog te enseñaremos qué es este árbol, cuáles son sus características más importantes, cómo se cultiva y cuáles son los cuidados que va a necesitar para desarrollarse adecuadamente.
Dicho esto, ¿empezamos?
Nombre científico | Corylus avellana |
Nombre común | Avellano |
Clase | Magnoliopsida |
Familia | Betulaceae |
Género | Corylus |
Origen | Especie arbórea originaria de Asia y algunas zonas de Europa. |
El avellano, conocido de forma científicamente como Corylus avellana, es un árbol de follaje caducifolio nativo de Europa y Asia. Como sabrás, esta especie destaca por sus frutos, las avellanas, que tienen diversas aplicaciones.
Es un árbol que puede llegar a medir unos 6-7 metros de altura (porte pequeño), tiene una copa irregular y generalmente se encuentra ramificado desde la base. Su corteza cambia de color a medida que crece: rojiza en sus inicios, grisácea al madurar.
¿Y sus hojas?
Son caducas, es decir, cambian de color y terminan por caerse. ¿Cuándo sucede? En la época de seca, otoño e invierno. Estas hojas tienen forma redondeada, pueden llegar a tener 12cm de longitud, tienen márgenes dentados y son de color verde-amarillento.
El avellano florece en primavera.
Las flores aparecen antes que las hojas, son monoicas y tienen amentos de sexo diferenciado. Las masculinas se encuentran en amentos cilíndricos, colgantes y amarillentos. Sin embargo, las femeninas, están agrupadas al final de las ramillas y apenas se distinguen.
¿Y el fruto?
Como bien sabrás, el fruto del avellano es la avellana. Éste es un aquenio en forma de copa, está partido, es de color canela y generalmente envuelve una sola semilla con un caparazón o cáscara.
Cuando el fruto madura (puede tardas hasta 8 meses) se soma por completo la avellana.
El avellano es un árbol que no solo se usa para la obtención de frutos, también se emplea como elemento decorativo del jardín. De hecho, debido a su copa irregular y su gran ramificación, es el árbol perfecto para dar sombra.
Asimismo, si buscas un jardín que se llene de colores durante el otoño, el avellano es una gran opción. ¿Por qué? Pues porque, tal y como hemos mencionado anteriormente, tiene follaje caducifolio, es decir, sus hojas cambian de verdes a rojizas-amarillas, antes de caerse.
Pero, si por algo destaca este árbol, es la avellana.
Este fruto cuenta diversas aplicaciones:
¿Y la madera? Es buen combustible y sirve como carbón vegetal. Además, la flexibilidad de las ramas, permite su uso en cestería y tonelería.
Como todas las plantas que hemos tratado en el blog, para que el avellano crezca saludable, florezca y proporcione frutos, necesita que se cumplan una serie de condiciones.
Cuando hablamos de condiciones nos estamos refiriendo al tipo de sustrato, al abonado, al drenaje o a la ubicación de plantación. Además, este árbol requiere una serie de cuidados para desarrollarse adecuadamente.
A continuación, te explicaremos cuáles son los factores que debes tener en cuenta si quieres cultivar un avellano en el jardín.
Uno de los aspectos más importantes y que muchas veces pasamos por alto es la ubicación o espacio de plantación. Una especie no se debe plantar en cualquier lado sin antes conocer el tipo de crecimiento que tiene.
El avellano, tal y como te hemos dicho en un apartado anterior, puede llegar a crecer hasta los 6-7 metros, por lo que se debe plantar en un lugar en el que no haya nada que obstaculice su desarrollo.
Debe ser una zona que le permita crecer con libertad.
Por norma general, los árboles se suelen adaptar bien a casi cualquier tipo de sustrato. Y el avellano no es una excepción.
El terreno en el que lo plantes no debe ser demasiado suelto, todo lo contrario, es mejor que esté un poco comprimido para que las raíces soporten todo el peso cuando el árbol ya sea adulto.
Además, si este suelo es rico en materia orgánica, mejor que mejor.
En este caso, el avellano es un poco más exigente que otras especies.
Para fomentar el enraizamiento y el buen crecimiento del árbol, es recomendable que unas semanas antes de su plantación se abone el terreno en el que se va a plantar. Puedes usar un fertilizante o un abono orgánico.
Como sucede con la mayoría de plantas que hemos analizado en el blog, el avellano no tolera el exceso del agua. El terreno debe drenar bien tanto el agua de lluvia como el de riego.
Antes de plantarlo, asegúrate de si en lugar elegido permitirá el drenaje de agua.
Los riegos están muy relacionados con lo que te hemos contado antes. Dado que el avellano no es muy fan del exceso de agua y humedad, el riego debe adaptarse a esta condición.
Riégalo cada pocos días (con 4 días es suficiente) y considera también la cantidad de luz que ha recibido.
Una buena forma de saber si tu avellano necesita agua es comprobar si el terreno está seco. Si la respuesta es afirmativa, échale agua. Por el contrario, si el suelo está aún húmedo, espera un par de días.
Una buena manera de fomentar la floración y la producción de frutos es realizar podas de fructificación. Con 2 veces al año debería ser más que suficiente.
También tolera la poda de formación en sus primeros años para garantizar un buen equilibrio futuro. La poda de mantenimiento es aconsejable para eliminar aquellas partes del árbol que se encuentren en mal estado y para mejorar la entrada de luz.
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