Volvemos un día más con una ficha de plantas que hará las delicias de cualquier amante de la decoración interior. Hoy, nuestra protagonista es una de las especies más populares para ornamentar una casa.
¿Te suena el poto?
El poto o potus, denominado científicamente como Epipremnum aureum, es una planta trepadora que destaca por su rusticidad, su adaptación y su sencillo mantenimiento.
En este artículo del blog aprenderás qué es, cuáles son sus características, qué usos tiene y qué cuidados necesitas.
¡Vamos con ello!
Epipremnum aureum/pinnatum, o como lo conocemos la mayoría de los mortales, poto, es una especie de interior conocida por su belleza, rusticidad y su facilidad de adaptación a cualquier tipo de ambiente.
Esta planta tiene porte colgante.
Desarrolla unas hojas pequeñas gracias a las cuales es capaz de trepar. A medida que trepa y si le proporcionas un tutor por el que guiarse, éstas aumentan de tamaño.
Este follaje perenne es de color verde, manchado muchas veces de una tonalidad crema o amarilla. Su base presenta forma de corazón y su ápice acaba en punta.
¿Y sus flores?
Sus flores son de pequeño tamaño, carecen de valor ornamental alguno pues lo que verdaderamente destacado son las hojas. Además, debes saber que, al cultivarse en interior, el poto rara vez florece.
Como podrás adivinar después de lo que te hemos comentado anteriormente, el poto se usa principalmente en decoración interior. Es la planta perfecta para cultivar en una maceta colgante o en un recipiente en lo alto de una estantería.
Dado su porte trepador, esta especie se suele usar en jardines verticales.
Y no solo se emplea en la ornamentación de estancias interiores. En la actualidad, administraciones como la NASA, han concluido que el poto es un buen purificador de ambientes internos.
Es capaz de eliminar tóxicos de la atmosfera (formaldehído, xileno y benceno) que pueden dañar nuestra salud y el medio ambiente.
¡No solo es bonito, también es beneficioso para nosotros!
Empezaremos por contarte cuál es la ubicación ideal para plantarla y qué luz necesitará para crecer.
Lo ideal es colocar la maceta en una zona iluminada de casa, pero nunca sol directo, pues sus hojas pueden terminar por palidecer. Con iluminación ineficiente, tu poto perderá color en el follaje y, por consiguiente, atractivo.
Ubícalo cerca de una ventana que tenga cortina para protegerla de los rayos directos del sol.
El poto no tolera el frío, por lo que asegúrate de que la estancia en la que lo coloques no debe tener temperaturas por debajo de los 10⁰C. Una temperatura baja puede derivar en la caída de las hojas.
¿Lo ideal? Un lugar cálido que tenga entre 15⁰C-20⁰C.
El poto es muy agradecido con la humedad, por ello, te recomendamos que de vez en cuando pulverices el follaje con agua no caliza. Cuando haga mucho calor, trata de llevar a cabo este proceso de forma más regular.
Otra opción para asegurar la humedad ambiental que necesita, es colocar un platito con graba por debajo de la maceta. Llénalo de agua, así, ésta se irá evaporando poco a poco hasta crear la atmosfera húmeda que necesita el poto.
A diferencia de lo que sucedía con la humedad, hay que tener mucho cuidado con excedernos en los riegos. El poto no tolera los encharcamientos de agua, por lo que debes asegurarte de que el sustrato está totalmente seco antes de volver a regarlo.
Sabrás que tu planta necesita agua cuando veas que sus hojas están ligeramente arqueadas. Esto, unido al sustrato, te da una idea de su necesidad.
Como pasa con otras plantas, los riegos deben ser más abundantes en verano y menos frecuentes en invierno. Y recuerda, es mejor regar de menos que de más.
Tendrás que abonar tu poto en verano, cada 15 días, con un abono específico para este tipo de plantas. Además, si este fertilizante es rico en hierro, mucho mejor, pues sus hojas pueden llegar a amarillear por falta de este elemento.
Si tu planta está en época de crecimiento, te recomendamos abonarla 1 vez al mes. Y cuando se encuentre en el periodo de descanso, con 1 vez cada 3 meses es más que suficiente.
En caso de duda, acude a un centro de jardinería especializado pues siempre es mejor pedir ayuda que lamentarse después.
En primavera puedes podar las puntas de los tallos para que así ramifique más y sea más denso. Además, retira las hojas o las partes que se encuentren en mal estado.
En cuanto a la multiplicación, el poto se multiplica muy fácilmente a través de esquejes. Para ello, corta un tallo que tenga una yema y una raíz aérea. A continuación, introdúcelo en un vaso con agua o directamente en el sustrato.
A las pocas semanas tendrás una planta.
Si tienes alguna duda de cómo se lleva a cabo la multiplicación de una planta a través de esquejes, en uno de nuestros artículos puedes aprenderás cómo es el proceso.
Y hasta aquí nuestro artículo de hoy. Esperamos que te haya servido de ayuda con tu poto y que te haya inspirado a la hora de decorar tu casa.
¡Nos vemos en la próxima entrega!
Características y cultivo de una especie.
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