La Cycas revoluta, nuestra protagonista de hoy, es una de las especies más raras y primitivas que existen en la actualidad. Se la conoce por diferentes nombres, pero hay uno que destaca por encima de los demás: Palma del Sagú.
Su denominación puede confundirte, pues no es una palmera “al uso”, de hecho, aunque tiene características similares ni siguiera pertenece a la misma familia.
Destaca por su facilidad de cultivo y su apariencia.
Hoy te enseñaremos qué es la Cycas revoluta y cuáles son sus características más importantes. Además, te explicaremos qué cuidados necesitará para desarrollarse adecuadamente y en todo su esplendor.
¿Empezamos?
Nombre científico | Cycas revoluta |
Nombre común | Cica, Palma de Sagú, Sagú del Japón, Falsa palmera |
Clase | Cycadopsida |
Familia | Cycadaceae |
Género | Cycas |
Especie | Cycas revoluta |
Origen | Especie originaria del sur de Japón, concretamente de las islas Ryukyu. |
De origen asiático, Cycas revoluta es sinónimo de rareza, toxicidad y belleza. Es muy antigua, de hecho, se la conoce como un fósil viviente. ¡Apareció antes que los dinosaurios!
Esta planta perteneciente a la familia Cycadaceae, se suele cultivar como planta de interior ya que no tolera las bajas temperaturas. En España, sin embargo, es muy dada a crecer en exterior, gracias al clima suave de la franja costera y la zona mediterránea.
Es perfecta para un uso decorativo.
La cica es de crecimiento lento, desarrollo simétrico y con un tronco muy bajo cuando es joven y más alto a medido a que pasan los años, grueso y peludo. Esta especie es capaz de desarrollarse hasta los 7 metros de altura, pero para ello, deben pasar la friolera de ¡100 años!
La Cycas revoluta puede ramificarse varias veces teniendo como consecuencia múltiples cabezas de hojas.
Y hablando de hojas, esta planta sostiene una corona/roseta de hojas verdes oscuras, muy brillantes y capaces de crecer hasta los 150 cm si se dan las condiciones idóneas. Son perennes, es decir, se mantienen verdes durante todo el año, incluso en la época de seca.
Su follaje es muy parecido al de una palmera, de ahí que se suelan confundir.
¿Y las flores?
La cica es una planta dioica o, dicho de otro modo, existen ejemplares masculinos y femeninos. Las primeras tienen una piña en su centro y las segundas desarrollan una especie de semillas/bultos de color amarillo-anaranjado.
Carecen de valor ornamental.
Si hay algo que destaca en la planta y la razón principal de que se use para decorar, son sus hojas.
Además, también es muy popular porque es una especie muy rústica y de mantenimiento sencillo, pero esto te lo enseñaremos en el próximo apartado.
La cica es una planta que se desarrolla muy bien en interior, por lo que se suele usar como elemento decorativo del hogar. Pero, aunque sea muy popular, debes saber que es extremadamente venenosa, tanto para animales domésticos como para personas.
Todas sus partes son tóxicas, especialmente las semillas que lo adornan.
En caso de ingesta, los síntomas aparecen pasadas unas horas y entre ellos destacan vómitos, debilidad, diarrea o mareos. Tus mascotas son los que más riesgo tienen, pues la planta les parece sobrasa.
Si la han mordisqueado y observar algún síntoma o un comportamiento extraño, te recomendamos que acudas a un veterinario.
Tal y como te hemos mencionado anteriormente, es una planta que se puede cultivar tanto en exterior como interior. Sin embargo, suele preferir una ubicación dentro de casa, pues no tolera el frío.
Si vives en la zona mediterránea, estás de suerte. La cica crece espléndidamente en toda la franja costera debido al clima tan suave que existe en la región. Si no es así, te recomendamos resguardarla en el interior.
En cuanto a la luz, esta especie prefiere estar a pleno sol, siempre y cuando las temperaturas no sean muy elevadas. En caso de que haga demasiado calor, agradecerá semisombra.
En interior, colócala cerca de una ventana luminosa, resguardada de las corrientes de aire y evita en todo momento ambientes muy secos o calurosos.
La cica es una planta muy rústica capaz de resistir ciertos periodos de sequía. Por consiguiente, sus riegos deben ser moderados, nunca en exceso, pues no tolera los encharcamientos.
La tierra en la que la plantes debe drenar bien el agua de riego.
Echa agua cuando observes que el sustrato está seco y aumenta los riegos en verano. Además, en relación al ambiente seco que te contamos en el apartado anterior, pulveriza el follaje de ven en cuando para evitar las elevadas temperaturas.
Se recomienda abonar la cica durante la primavera usando para ello un fertilizante líquido especial para plantas verdes.
Si tienes alguna duda, acude a un centro de jardinería para que te asesoren. En temas de fertilizantes es mejor no hacer nada que hacer algo mal.
A la hora de plantarla, lo ideal es usar una mezcla de tierra de jardín, turba y arena. Con este tipo de sustrato lograrás un buen crecimiento, lento, pero bueno.
Asegúrate que la tierra drene bien el agua.
Aunque muy rústica y dura, la cica no está exenta de verse atacada por las cochinillas. Viejas conocidas de este blog, estos insectos se sitúan en el envés de las hojas y se alimentan de la savia.
También pueden causar la aparición del hongo negrilla.
Si quieres saberlo todo sobre la cochinilla, en uno de nuestros posts encontrarás todo lo que debes saber sobre ella: características, remedios, etc.
Y hasta aquí nuestro artículo de hoy. Esperamos que te haya servido de inspiración y que te haya ayudado con tu Cycas revoluta.
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