Hemos empezado la primavera con fuerza y por ello hoy te traemos una nueva ficha de plantas. En esta nueva entrega del blog analizamos las características de la amapola que, como bien sabrás, es una especie que destaca por la belleza de sus flores.
Bien, para no perder la costumbre, detallaremos qué es esta planta, para qué se usa (las propiedades medicinales que tiene) y cuáles son los cuidados que va a necesitar para crecer de la mejor forma posible.
Si estás pensando en llenar de vida y color el jardín de tu casa o una habitación sosa y aburrida, las amapolas pueden ser una buena forma de conseguirlo.
¡Vamos con ello!
Nombre común: Amapola, Amapola silvestre
Nombre científico: Papaver rhoeas
Clase: Magnoliosida
Orden: Papaverales
Familia: Papaveraceae
Género: Papaver
Origen y distribución: Al contrario de lo que ocurre con casi todas las especies que hemos analizado en este blog, el origen de la amapola no está del todo claro. Lo que sí se sabe con certeza es que esta planta se extiende por Europa, Asia y África (un hecho que nos puede dar a entender que es una especie nativa de estas regiones del planeta).
La amapola, conocida científicamente como Papaver rhoeas, es una planta de porte herbáceo que puede llegar a superar los 50 cm de altura. Se trata de una especie anual o, dicho de otro modo, en el curso de un año esta planta germina, florece y muere.
La amapola está recubierta por una capa fina de pelusilla.
Las hojas de la amapola son muy desiguales. Puedes encontrarlas estrechas, largas, cortas, etc. Una característica que siempre tienen es que cuentan con bordes dentados. Además, se desarrollan de forma alterna a lo largo del tallo y cuenta con un único nervio central.
Pero lo que más destaca de la amapola son sus flores. Éstas son solitarias con pétalos arrugados en botones florales que al abrirse muestran un precioso color intenso que puede variar desde el clásico escarlata hasta el anaranjado o el blanco.
Miden entorno a los 5 o 6 cm de diámetro.
Generalmente, las flores presentan unas manchas oscuras en la porción basal. Las amapolas florecen en un periodo concreto, es decir, a finales de primavera y en los primeros días del verano.
El fruto es una cápsula unilocular que contiene numerosas semillas.
La amapola, como muchas otras especies vegetales, presenta diversos componentes que empleados correctamente pueden convertirse en beneficiosos para la salud de las personas.
Esta planta se puede usar como tratamiento tanto interno como externo. Destacan las siguientes aplicaciones:
Si has decidido utilizar esta especie para tratar algunas de las afecciones citadas, te recomendamos que lo hagas de forma prudente y en caso de duda pedir consejo a un profesional. Aunque no tiene efectos secundarios problemáticos, una mala ingesta siempre es sinónimo de riesgo.
Pero los usos de esta planta no sólo están relacionados con la medicina. Sus flores combinadas con las de otras especies son empleadas en la elaboración de perfumes.
Tal y como hemos mencionado previamente, las amapolas son plantas anuales que germinan, florecen y mueren en el curso de un mismo año.
Las plantaciones de amapola se han relacionado desde épocas antiguas con la agricultura, pues, su ciclo de vida se ha adaptado siempre a la mayoría de los cultivos de cereales.
Pero, como en todas las especies analizadas en este blog, las amapolas necesitan unos cuidados para poder desarrollarse correctamente. Lo que debes saber es lo siguiente:
Como has podido comprobar, el cultivo de amapolas no es una tarea demasiado compleja. Basta con que tengas en cuenta lo que se ha detallado y prestes atención a las tareas que estés realizando.
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